Flores

Flores fue una narrativa cristalizada en forma de mural. Volvimos a lo más cotidiano y máximo representante de la delicadeza para re-conciliarnos con lo doméstico, con esa imagen de lo femenino, con la mujer que solo quiere pintar flores, con esos cuadros que tenía tu abuela y que en tu “madurez” los considerabas horrorosos, con los platos de cerámica que se vendían a los turistas a la orilla de la carretera… una arqueología del recuerdo.

Esta narrativa representa una diversidad de ideas y maneras de hacer. Es ciudad. Reflexiona sobre cómo unir lo viejo con lo nuevo, lo sofisticado con lo cotidiano, la música con la literatura infantil, lo personal con la tendencia, los recuerdos de la infancia con el ahora. Rescata una imagen denostada visualmente para re-posicionarla en un lugar privilegiado a nivel emocional.

Porque todo vale si podemos hacerlo conversar, si lo distribuimos bien, si agrupamos por sensaciones, y, inevitablemente, habrá tensiones que le darán un carácter único. Al fin y al cabo, de eso se trata.